
Abandonas tus deseos
a la salvadora inercia, en quien confías
por el mínimo valor
que prodiga el instinto
Desde el torrencial deseo que tu corazón provoca
su ansia de ser libre grita al mundo
con la herida abierta,
permanece el coraje,
donde está la llama encendida
…. del amor profundo
En soledad despiertas castigando sin sentido
ese ser constructivo que quiso ser invicto
y desembarca en tus manos
el hacedor impulso,
que busca y que no encuentra
ni ganas ni motivos
No se acaba el sufrimiento en tu refugio
solo aleja lo real de tu camino
aunque creas que la huida es protectora
no remedia, es un disfraz que has adquirido
Si pudieras observar con objetiva calma
que tu odio no merece el sacrificio
de olvidarte de la sangre que envenenas,
aplicando una condena,
con tan injusto juicio
Planta cara de una vez al abandono
que ha cubierto de tristeza tu mirada
te perdiste en algún sitio de tu mente
por la carga de una cruz equivocada.