viernes, 18 de febrero de 2011

VIDA NUESTRA Y SUS CONVULSIONES

Hoy volvía del trabajo como siempre con mi compañera, y al igual que en otras conversaciones que compartimos durante el trayecto, (no es largo, y a veces tenemos que cortar la charla a medias, que habitualmente al día siguiente se nos olvida continuar) hemos empezado a hablar del periodista Federico Jiménez Losantos, sobre el puntito radical que asoma en el análisis económico y político de España, pero que no podemos negar el derroche de ingenio que muestra día a día en su programa de radio, así como la capacidad de crear confianza en una audiencia que le sigue no con poca pasión.

Inevitablemente, ha llegado el "temita" de la situación actual del gobierno y gobernados. La triste realidad del desequilibrio económico y social que en este momento vivimos, ayudada en gran parte por el fervoroso y fraternal amor que estos socialistas nuestros le han tomado al "capital", eso sí, disfrazándole con rosas y puños, que ese siempre fue un logo que funcionó, aunque no sabemos si ya soportará el envite esta flor escogida, tras las últimas renuncias ideológicas (que no monetarias), protagonizadas por algunos ministros del zapato, como Leire Pajín, aceptando el pluriempleo, teniendo que soportar hasta tres sueldos (la pobre) en un momento en que cada vez más familias apenas pueden pagar sus hipotecas, o don Pepiño Blanco (por fuera?) "fomentando" la animadversión para con los controladores aéreos, cuando ese ministerio ha tenido el tiempo necesario para organizar y reparar la manipulación onerosa de esos profesionales, mediante otro método que no fuese dejar estallar el globo, con el consiguiente perjuicio para miles de usuarios.

Por no hablar de los vicepresidentes Chaves y Salgado, dotados el uno de la jeta suficiente para no dimitir ante las sospechas de corrupción durante su gobierno en la Junta de Andalucía y la otra del rostro suficiente para manifestar su adhesión a la teoría de nuestros banqueros, de la pérdida irreparable para estas entidades, si tras el embargo del piso por falta de pago, no quedase libre de deuda el despojado.

Al fin como siempre, resoplamos y suspiramos repitiendo el mismo karma, y es que en esta nuestra democracia, si sumamos una a una las miles de pequeñas corruptelas que dentro del espectro de lo "público" vamos descubriendo cada día, no existen límites, (como diría Armando Manzanero) y empezando porque no consideramos como nuestro ese patrimonio, salvando las diferencias, si acabamos por otros ámbitos de nuestra vida, vamos añadiendo las malas intenciones y la ambición, que hacen que se resten los buenos propósitos, inutilizando las razones y el trabajo más encomiable de seres humanos que cotidianamente luchamos por hacer que nuestro entorno sea más pacífico, menos frío, acogedor incluso, si es que se deja, soñando ya, porqué no, asequible al cariño y la tolerancia.

El caso es que he llegado a casa, pelín baja de moral, como cada vez que pienso en tanto descontrol en nuestras relaciones sociales, provocados seguro por este sistema de producción infaliblemente organizado para que pensemos poco, para que las obligaciones adquiridas a golpe de rehipotecas, nos vayan haciendo cada vez más esclavos de nuestro tiempo, porque las prisas y los problemas no nos permiten defendernos de la misma ansiedad cuyo bucle alimentamos.

Después de comer he estado "naufragando" un poco por internet, (navegar sería, encontrar lo que quiero) porque hay veces que no se que duendes de los webs se entrometen y me llevan al pairo por algunas páginas de sorteos ganados y rascas millonarios que yo no he pedido consultar.

Y mira por donde que un amigo mío, Manuel, tan mío como amigo y viceversa, ha compartido conmigo un vídeo, bonito, agradable, sensible y oportuno sobre el sentido de la vida que tenemos, que gozamos, que procuramos... como nos relacionamos con nuestros deseos, con nuestras emociones, con el mundo que nos rodea, sobre la evolución evidente que necesitamos, y el sentido que damos a las cosas. Me ha hecho pasar un rato tranquilo, relajado, de reflexión pausada, alejando de mi cabeza este sinvivir que a veces, perpleja, me acorrala.

Es bonito, verlo es.. recomendable.