Correcciones de estilo del gobierno

         Es increíble, la capacidad que tiene el gobierno para disfrazar la realidad con tantos y variados términos, vocablos, sinónimos inoportunos, y hasta metáforas escondidas (el colmo), titilando por si algún observador denunciase el desvarío.

       Calificó  Zapatero a una  amenazante crisis que llegaba como sombra voraz en nuestros extractos bancarios, de  "desaceleración  económica",   pensaba que a fuerza de ocultar su verdadero nombre, esquivaría el creciente miedo de nuestros bolsillos. 

       Recién puesto su sillón en la Moncloa, aceleró los trámites para traer a casa a los soldados españoles en Irak, ya que su talante era contrario a la guerra; con la misma rapidez les ha mandado a Afganistán, o al Líbano, pero esta vez en "misión de paz", será que como las armas del enemigo se vendieron aquí, piensa que no habrá animadversión para con los suministradores.

       Más tarde las negociaciones con banda terrorista, son llamadas por el eterno sonriente como "proceso de paz", mientras según múltiples sondeos de opinión, una inmensa mayoría de españoles no le darían nunca permiso para llegar a pacto alguno con los asesinos. ¿Cómo llamarán al caso Troitiño esta vez?, quizás "excarcelación prevista para cómputo de años de difícil contabilización, más especialmente en el caso de los presos no comunes" podría valer, la cosa es que consiga distraer del verdadero significado de lo ocurrido.

       Durante un tiempo, defendió su "Alianza de civilizaciones" dejando paso a todo rito y costumbre musulmana como si fueran adalides del modernismo, sin querer, ni dejar ver que, la cultura que predica como amiga, no soporta en muchos casos, por ejemplo, pensar a las mujeres por sí mismas, cuanto menos estudiar, por considerarlas inferiores al hombre.

       Y cómo dió en llamar por fin, a su empeño justiciero en pos de la recuperación de la deuda moral para con los que sufrieron la guerra civil española, sino "Ley de Memoria Histórica", que no servirá dicha "memoria" sino para justificar, recordar y despertar los peores instintos que un día conseguimos que murieran, gracias al verdadero talante democrático y largos años de ejemplar entendimiento.
       No querría entrar en el tema de la prevenda debida a nuestras obligaciones europeas, en cuanto a los recortes sociales, pero ha sido Blanco quien ha manifestado refiriéndose a ellos que "los esfuerzos de hoy, son el bienestar del mañana", lo cual estaría muy bien, si desde que los socialistas están en el gobierno, todos sus logros no los hubieran atribuído a un postrero mañana, ya que el beneficio del hoy o el ayer no solo son imperceptibles sino fracasados.
       Isabel Durán en su último artículo, referido a la guerra de Libia, describe el lenguaje del gobierno de Zapatero como hipócrita, calificativo más que exacto, demostrativo, de una trayectoria de gobierno, que tanto por acción como por omisión, ha dado cabida a  sinónimos tales como engañosa, falsa, comediante e impostora.